Observo las gotas que caen ansiosas por llegar a ningún lado, donde dejan de existir. En realidad la vida es como la lluvia, desde que uno nace se tiene cierta ansia por llegar, sea donde sea, pero llegar a algún sitio. Como sería la vida si fuéramos dos gotas, dos gotas de agua que solo se preocupan por llegar a ningún lugar en ninguna parte, que desaparecen y aparecen de nuevo.
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