Lucha.

Luchar. Lucha por aquello que quieres. Amar. Ama aquello por lo que luchas. Buscar. Busca aquello por lo que estas decidido a luchar, lucha con palabras, lucha con acciones, haz que aquello que amas sienta que será así hasta el fin de tus días, recuérdaselo todos y cada uno de los días, como si aun no lo supiera, cuida cada paso de ese camino para que nunca tropieces con ese barranco que, pese a creer que el camino esta llano, puede aparecer en cualquier momento. Si buscando encuentras aquello que amar, aquello por lo que luchar, cuídalo, quizá también luche y ame como tú.

Aprender a vivirnos.

He observado la fuerza que puede tener una sonrisa y su capacidad de inundar de alegría el rostro de quien la recibe. He descubierto la capacidad de comunicación que tiene una caricia, creando un vínculo difícil de conseguir con palabras. Aprender a vivirnos es una buena práctica.

Podría decir.

Podría decir que vivo en un mundo en el que todas las personas que nos rodean son prescindibles. Si no valoras no haces falta. Nadie valora. Perdón. Nadie valora por encima de su ego. Queremos hacia dentro para involucrarnos desde fuera. Y con tanto mi de la mano del me, los él yacen en silencio sepultados bajo los yo del hoy. Y al final, pudiendo decir, lo he dicho.

Imprescindible.

Es sorprendente ver como algo que siempre había sido prescindible en tu vida se convierta en imprescindible de un día para otro: un objeto, una persona, un sentimiento. Necesitas usar ese objeto, sea como sea, no te vale otro; necesitas ver y hablar con esa persona, sea como sea, no te vale otra; necesitas ese sentimiento, sea como sea, no te vale otro. El problema de lo imprescindible es saber usarlo.

Segundas partes.

Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas, dicen… dicen cosas que no creo. Me gusta la segunda parte de La Sirenita, salir de fiesta dos días seguidos, prefiero dos besos que uno, en el helado siempre dos bolas, en un concurso quedé segunda, aprobé bachiller a la segunda, del cocido solo me como el segundo plato, siempre se sale mejor en una segunda foto, (…).

Ideas cobardes.

Dicen que ya no queda nada por inventar, pero yo tengo varias ideas, varias ideas cobardes. Debería existir un atajo por donde escapar ya sea de una casa, de un camino, de una palabra, de una mirada o de un pensamiento, y que en ese atajo puedas encontrar un banco, en el que sentarte y descansar, que no esté ni al principio ni al final del camino, sino en el medio. Ahora es cuando voy a abrir los ojos, espero que al hacerlo me encuentre en ese término medio del atajo.

Gotas de agua.

Observo las gotas que caen ansiosas por llegar a ningún lado, donde dejan de existir. En realidad la vida es como la lluvia, desde que uno nace se tiene cierta ansia por llegar, sea donde sea, pero llegar a algún sitio. Como sería la vida si fuéramos dos gotas, dos gotas de agua que solo se preocupan por llegar a ningún lugar en ninguna parte, que desaparecen y aparecen de nuevo.